El pasado miercoles el periódico Bild filtraba la noticia del traslado de los hermanos Kaulitz a los Estados Unidos de cara a finales de noviembre. Tras una primera lectura, la negación y la incredulidad fueron nuestras primeras reacciones, pero una vez comprobamos que la fuente era nuestro amado y cada día más jodidamente atractivo David Jost, creimos la misiva a pies juntillas.
Siempre me ha fascinado la predisposición del Fan, su capacidad de entrega y su amor incondicional sin esperar nada a cambio. Los Fans son por desgracia bastante criticados y se les suele tratar a la ligera por la prensa amarilla que todo lo sabe y todo lo juzga, pero que carece de un mínimo de interés en saber de dónde procede la pasión del Fan por su artista.
La semana pasada me sentí muy Fan, mucho. Siempre me he sentido como tal, pero la noticia de la mudanza removió en mi cabeza sentimientos que creía exclusivos de otro tipo de Fans y no en mi. Reconozco que no me gustó leer que el 50% de la banda emigraba a otro pais. Es cierto que me planteé si podía tratarse del principio del fin. Me vinieron muchas secuencias a la mente, tanto del grupo como mías propias y hoy, casi una semana después, he comprendido que el cambio tanto para Bill como para Tom es casi necesario.
El Fan es un ser altruista que tiene tendencia al inmovilismo, es decir, muchos pagarían por seguir viendo eternamente escenas en las que Bill le restriega un peluche a Georg en pleno escenario o momentos familiares similares. Cualquier atisbo de cambio, es directamente una afrenta que pone en peligro la unidad de la banda y una evolución la valoramos como positiva, si la vemos en otras bandas, pero si sucede en la nuestra, nos acaba saliendo ese ramalazo egoista que niega la evidencia y quiere parar los cambios por necesarios que sean.
Tokio Hotel ha llegado a un punto en su carrera en el que las metas individuales de sus miembros empiezan a tenerse en cuenta y, en este sentido, ya no hay un Dios protector por encima de ellos que les diga lo que pueden o no pueden hacer. Ellos pueden y deben elegir.
Un cambio de residencia puede tener efectos positivos en el grupo. Desde la lejanía, se ve tu pais de origen con otros ojos e incluso, se suele estar más cerca que estando en él. Si vale mi experiencia, os cuento que en su día, vine a Alemania a hacer un curso de idioma y mis planes eran de estar aquí 3 meses. A día de hoy, los 3 meses se han convertido en más de 9 años. Es curioso que yo tenga el morro de decir que no me gustó leer que Tom & Bill se iban a USA, ¿no? Pues eso, amor de Fan…
No nos olvidemos de un punto importante: el dinero. Tanto Bill como Tom han tenido este 2010 muchos más ingresos por publicidad que por su actividad musical. Otro día hablaremos de este tema, pero musicalmente han sufrido grandes perdidas. No es el caso de Georg y Gustav que al fin y al cabo, al no ser productores no arriesgan nada y se limitan a cobrar por lo trabajado.
USA puede ser una nueva puerta para los hermanos. En Los Angeles se pagan bastante bien las actividades sociales, véase asistir a tal o cual evento y además, si tenemos en cuenta que ambos abandonaron el colegio demasiado pronto, aprender bien un nuevo idioma e introducirse en una nueva cultura, aunque sea la americana, es una gran enseñanza.
Vamos a seguir vuestros pasos allá donde estéis. Abrigaos bien, no comáis mierdas, no os acostéis tarde y llamad de vez en cuando para decir cómo os va. Si un día tenéis morriña, os pasáis por Hamburg y nos avisáis antes, así podemos ir al aeropuerto para que nos firméis cosas para la MonsunityShop.
Como dice la canción ‘Sonnensystem’: “De alguna manera, estamos al final y al principio”.
¡Mucha suerte con vuestros sueños, luchad por ellos!
Source
martes, 28 de septiembre de 2010
Monsunity: amor de fan
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario